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El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) es el órgano de las Naciones Unidas que evalúa la ciencia relacionada con el cambio climático.

En 2021 y 2022, el IPCC publicó tres informes de su sexto ciclo de evaluación (IE6) que abarcan la información científica más reciente sobre el estado físico del clima mundial, las repercusiones del cambio climático y la mitigación del mismo.

El cambio climático está ocurriendo por todas partes.

La temperatura de la superficie del planeta ya ha aumentado 1,09 °C desde la era preindustrial, más rápido que en cualquier otro momento de los últimos 2000 años, como mínimo.

Las huellas de este rápido cambio quedan patentes en la atmósfera, los océanos, la criosfera y la biosfera, y van desde el retroceso de los glaciares hasta la subida del nivel del mar.

¿Qué caracteriza al cambio climático?

Sequía

La influencia de los seres humanos ha calentado indudablemente la atmósfera, los océanos y la tierra.

410

PPM C02

1,866

PPB CH4

La quema de combustibles fósiles, las modificaciones en el uso del suelo y la silvicultura, así como los procesos industriales han provocado un aumento drástico de los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

El dióxido de carbono (CO2) ha aumentado un 47,3 % y ha alcanzado medias anuales de 410 partes por millón. El metano (CH4) se sitúa en 1866 partes por mil millones, un incremento del 157,8 %.

De estas actividades, la dependencia de los combustibles fósiles es la causa fundamental del cambio climático: en 2019, el carbón, el petróleo y el gas contribuyeron al 80 % de la totalidad de las emisiones de CO2 relacionadas con la actividad humana.

¿Cómo utiliza el ser humano los combustibles fósiles?

El cambio climático es una amenaza innegable, que ya está ocasionando daños irreparables a nuestro bienestar y a la salud del planeta.

Los fenómenos meteorológicos extremos (tales como las olas de calor y las inundaciones) se han vuelto más frecuentes e intensos, acarreando pérdidas cada vez más irreversibles.

REPERCUSIONES DEL CAMBIO CLIMÁTICO: ESTUDIOS DE CASOS

Gracias a la ciencia de la atribución climática, sabemos que guardan relación con el cambio climático provocado por las actividades humanas.

Estos impactos del cambio climático se producirán cada vez más al mismo tiempo, interactuando entre sí y con otros riesgos, lo que provocará consecuencias cada vez más peligrosas.

Un mayor calentamiento acrecentará las pérdidas y los daños derivados del cambio climático y sobrepasará a menudo nuestra capacidad de adaptación... y la de la Tierra.

Si el aumento de la temperatura supera 1,5 °C, se perderán para siempre ecosistemas enteros en zonas polares, costeras y montañosas. Incluso con 1,5 °C de calentamiento, entre el 3 % y el 14 % de todas las especies terrestres se enfrentarán a un altísimo riesgo de extinción, y un calentamiento superior agravará aún más estas amenazas para la biodiversidad.

Cambio climático y diversidad biológica

Incluso un leve calentamiento adicional pondrá en riesgo la producción de alimentos y la seguridad alimentaria, debido a olas de calor, sequías e inundaciones más graves y frecuentes, junto con la subida del nivel del mar.

MÁS INFORMACIÓN SOBRE LOS ALIMENTOS Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

Las condiciones meteorológicasy olas de calor más extremas, así como el aumento de las enfermedades infecciosas debido al calentamiento, conllevarán un empeoramiento de la salud y muertes prematuras.

Si queremos ceñirnos al límite de 1,5 ºC para finales de este siglo, tenemos que reducir las emisiones en todos los sectores —y hacerlo sin demora.

Según nuestros cálculos más precisos, basados en datos históricos y modelos climáticos, el límite de 1,5 ºC se alcanzará en 2030-2035, pero ahí no acaba la historia.

Si queremos tener al menos un 50 % de posibilidades de mantenernos dentro de ese límite, solo podemos permitirnos emitir unos 460 000 millones de toneladas más de CO2, el equivalente a 11,5 años de emisiones anuales en 2020.

Más información sobre nuestro presupuesto de carbono

Eso significa que no podemos evitar algunos efectos del cambio climático, pero aún así debemos esforzarnos todo lo posible para reducirlos al mínimo.

Podemos conseguirlo con una disminución rápida y profunda de las emisiones de gases de efecto invernadero, sobre todo de CO2 y metano.

El CO2 es el que más contribuye al calentamiento global global y el que más tiempo permanece en la atmósfera: hasta 200 años. El daño causado por las emisiones de CO2 es algo que experimentamos actualmente y que seguiremos sufriendo durante las próximas décadas.

Por eso, al principio, los científicos se centraron en reducir las emisiones de CO2, pero en los informes IE6 del GTI y III del IPCC, se descubrió que es preciso ocuparse urgentemente de otro gas de efecto invernadero: EL METANO.

El metano dura poco tiempo en la atmósfera: unos 12 años. Sin embargo, se trata de un gas de efecto invernadero muy potente, ya que es unas 80 veces más potente que el CO2 en un horizonte temporal de 20 años. Ahora hay tanto metano que se está acelerando aún más el calentamiento global.

Disminuir las emisiones de carbono y metano es fundamental para cumplir los objetivos de temperatura del Acuerdo de París.

Existen algunas tecnologías, todavía en fases muy tempranas de desarrollo, que pueden ayudarnos a llegar a cero emisiones netas en 2050, como la captura y almacenamiento de carbono (CAC) y la eliminación de dióxido de carbono (EDC).

En teoría, la CAC debería añadirse a las últimas infraestructuras de combustibles fósiles de las que no podemos prescindir fácilmente,

mientras que la EDC puede ayudar a equilibrar los niveles atmosféricos de gases de efecto invernadero, al retirar el carbono de la atmósfera, con lo que se suprime el causante principal del calentamiento.

¿Qué es la EDC?

Estas tecnologías requieren mucho dinero e investigación y, aunque la captura o eliminación de carbono pueden funcionar, no nos librará de una situación indeseable. Tenemos que rebajar las emisiones ya.

Los gobiernos, aún así, están considerando estas tecnologías como una licencia para seguir acrecentando el uso de combustibles fósiles, a pesar de que en el informe IE6 del GTIII del IPCC se deja claro que no hay lugar para nuevos combustibles fósiles en un mundo en consonancia con el Acuerdo de París.

Entonces, ¿en qué situación nos encontramos?

La oportunidad de un futuro habitable para todos se está cerrando rápidamente.

No podemos permitirnos más retrasos en la transición hacia energías limpias y renovables ni en la reducción de emisiones.

No todos los países y personas han contribuido por igual al estado actual del clima, e incluso ahora hasta el 45 % de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global proceden del 10 % de los hogares más ricos del mundo.

Según nuestros cálculos más precisos, basados en datos históricos y modelos climáticos, el límite de 1,5 ºC se alcanzará en 2030-2035, pero ahí no acaba la historia.

Para mantener el calentamiento en 1,5 °C hasta finales de siglo, tenemos que empezar a limitar las emisiones globales antes de 2025 y llegar a cero a mediados de siglo.

Es una tarea ingente, y por eso, cada acción importa, cada mínimo calentamiento importa, cada año importa, cada elección importa.